«El hombre que sabe por que muere, sólo muere en apariencia»
Hoy en día ya no hacen películas de aventuras como las de antes. No sé exactamente cuando fue que este género desapareció, probablemente allá por finales de los ochenta, principios de los noventa. Cuando los adolescentes decidieron dejar de pensar en piratas, caballeros y dragones de fantasía, para centrarse en los videoclips, los policías duros y la acción a mansalva. El gusto del espectador cambio, y el cine con él.
El halcón y la flecha es una película de aventuras como las clásicas. Medio inspirada en Robin Hood, nos cuenta una historia típica, pero no es lo importante esto, sino como lo cuenta. Como nos atrapa con sus combates y las acrobacias, sin efectos especiales disimulando la carencia atlética de los actores ya que no las tienen. Nos encandila ver un mundo que parece real, que podría haber existido, nos lo creemos, ya que el croma y el fondo azul consiguen darle un aspecto irreal a las películas, más aún que el coloreado de antaño.
Para mí, el dúo entre Burt Lancaster (Dardo) y Nick Cravat (Piccolo) es lo mejor de la película. Que sería de Batman sin Robin o de El Capitán América sin Bucky, nada. Lo mismo ocurre en esta película, donde la amistad que existe entre ellos dos es lo más destacado, agradable, fresco y divertido del metraje. Probablemente, sin el personaje de Piccolo, el film no hubiera estado mal, pero no sería lo que es, cojearía.
Definitivamente, y al igual que pasa con El temible burlón, estamos ante una aventura digna de las mejores sesiones de palomitas y coca-cola. A disfrutar de las acrobacias sin cables, las peleas de espadas y las risas aseguradas.
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Título: El halcón y la flecha
Título original: The Flame and the Arrow
Año: 1950
Duración: 88′
Director: Jacques Tourneur
Escrito:Waldo Salt
Reparto:Burt Lancaster, Virginia Mayo, Nick Cravat, Robert Douglas, Aline MacMahon, Frank Allenby, Lynn Baggett, Gordon Gebert, Norman Lloyd y Francis Pierlot